Un reporte reciente de la agencia estadounidense NOAA indica la posibilidad de generación de un patrón compatible con El Niño hacia el próximo invierno del hemisferio sur.
Esta vigilancia emitida se debe a que los modelos comienzan a coincidir en una tendencia general hacia un patrón ENSO compatible con este fenómeno, que comenzaría a desarrollarse lentamente en unos meses. El ciclo de El Niño ocurre generalmente en un lapso de 2 a 7 años, debido a una disminución de los vientos alisios y el consecuente calentamiento del agua en el Pacífico este.
El director ejecutivo del Centro de Predicción Climática de la agencia NOAA, Mike Halpert, explica: “Una vigilancia simplemente indica que las condiciones en el Pacífico tropical son favorables para el desarrollo de un El Niño durante los próximos 3 a 6 meses, aproximadamente”. De todas formas, el fenómeno podría ser débil ya que el promedio actual de pronóstico de los modelos estiman un El Niño de 0,5°C de anomalía. “En forma no oficial, consideramos entre 0,5°C y 1°C como un evento débil”, concluye Halpert.
En Argentina, durante la temporada de tormentas 2013-14 (aún vigente) estuvimos bajo un patrón ENSO neutral, es decir, sin patrones de El Niño o La Niña claros. Como consecuencia, otros parámetros influyeron en el clima de nuestro país este verano, como la oscilación Madden y Julian, que estuvo principalmente asociada a la ola de calor en el centro del País en diciembre y la ola de calor en el NEA durante la primera quincena de febrero (y el corrimiento al sur del frente semiestacionario al centro del País, generando tormentas severas y consecuencias como las inundaciones en el norte de Buenos Aires).
¿Qué consecuencias genera El Niño en Argentina?
El Niño es un incremento en la temperatura del océano Pacífico este. Mientras esto ocasiona en el centro-norte de América del Sur (especialmente en Brasil) altas temperaturas, importantes disminuciones de las lluvias y -como consecuencia- un aumento en el riesgo de indendios, en el centro/norte de Argentina se asocia a un importante aumento en las precipitaciones, así como en la posibilidad de tiempo severo, especialmente en la temporada de tormentas (de septiembre a mayo).
De generarse un patrón compatible con El Niño desde el invierno, podríamos observar temperaturas algo superiores a lo normal en la segunda parte de esta estación y en la primavera, además de un paulatino aumento de las precipitaciones en Buenos Aires (incluyendo CABA/GBA/La Plata), Cuyo, toda la región central, Litoral y el norte del País (particularmente el noreste).
El panorama aún puede cambiar
De todas formas, la emisión de una vigilancia no implica que la ocurrencia del fenómeno sea algo ya concreto: Simplemente se emite porque se están observando condiciones que pueden desencadenar en este patrón, pero aún resta analizar la evolución de las temperaturas en el Pacífico oeste y central, así como los cambios en la intensidad de los vientos alisios durante los próximos meses.
Continuaremos actualizando el panorama del fenómeno ENSO en los próximos meses.