martes, 20 de septiembre de 2016

[Gestión de recursos de agua dulce]

[Gestión de recursos de agua dulce]
La agricultura, la industria y los hogares exigen que se gestione de forma sostenible los limitados recursos de agua dulce. Sin embargo, esto no es posible si no se dispone de información sobre la localización del suministro, su cantidad y calidad, y cómo puede variar en el tiempo.
En algunos lugares, por ejemplo en zonas con aguas contaminadas como el Altiplano boliviano, deben recurrir a la captación de aguas de lluvia para disponer del recurso para la ingesta humana. Las represas y los embalses se construyen para almacenar agua para diversos usos como riego y abastecimiento de agua potable. Los embalses, al igual que los acuíferos regularizan los caudales naturales, almacen agua en los períodos de abundancia para ser usados en los meses de menor caudal. Además, en la región cordillerana, las previsiones climáticas sobre la disponibilidad de agua dulce en alta montaña impactan sobre extensas áreas aguas abajo, donde el caudal de los ríos depende fuertemente de la nieve acumulada en el periodo invernal.
El asesoramiento meteorológico oportuno adquiere un gran valor en tanto concierne no sólo a la distribución relativa de las precipitaciones, sino también a sus valores climáticos máximos y mínimos absolutos, lo que permite hacer frente a los peligros relacionados con el agua, así como proteger y sustentar el medio natural.
El SMN elabora pronósticos climáticos trimestrales para todas las regiones del país, y de este modo, anticipa a la población acerca de probables períodos lluviosos (o en su defecto, de escasez de lluvias) y de altas o bajas temperaturas promedio.
Foto: acequia en Mendoza.

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